En la zona metropolitana de Pachuca, la oscuridad se ha convertido en una preocupante constante para los habitantes, especialmente en dos de las principales arterias viales: la Supervía Colosio y el bulevar Nuevo Hidalgo. Esta situación no solo merma la seguridad vial sino que también incrementa la percepción de inseguridad entre los ciudadanos, quienes deben transitar estas zonas bajo su propio riesgo durante las horas nocturnas.
La Supervía Colosio, una vía esencial que atraviesa gran parte de la capital hidalguense, presenta tramos de más de 11 kilómetros prácticamente a oscuras, sin postes de alumbrado público que faciliten la visibilidad para los automovilistas. A pesar de contar con infraestructura que sugiere una intención de iluminación, como postes recientemente pintados de color guinda en alusión al cambio político en el gobierno estatal, la realidad es que la luz brilla por su ausencia.
Colonias como El Chacón, El Palmar, y Punta Azul, que rodean o intersectan la Supervía Colosio, enfrentan este problema de manera directa, con distribuidores viales sumidos en penumbra, donde la única iluminación disponible proviene esporádicamente de negocios adyacentes, dejando extensos tramos en completa oscuridad.
La situación en el bulevar Nuevo Hidalgo, por otro lado, no solo replica este escenario de falta de iluminación sino que ya ha cobrado víctimas; un tramo del bulevar, especialmente en la zona conocida como Los Jales, detrás del fraccionamiento Club de Golf, ha sido escenario de accidentes nocturnos, incluyendo el atropellamiento de una persona hace unos meses. Este incidente pone de manifiesto el peligro real que representa la ausencia de una adecuada iluminación en estas vías, cruciales para la conectividad entre Pachuca y Mineral de la Reforma, y que sirven a diario a miles de ciudadanos.
Los tramos afectados son partes vitales que conectan diversas colonias de alta densidad poblacional, como Tulipanes, Tuzos, Forjadores, y La Herradura, lo cual agudiza la urgencia de atender esta problemática. La obsolescencia de las luminarias existentes, muchas de las cuales ya no funcionan, deja en evidencia la necesidad de una intervención inmediata para garantizar la seguridad de los peatones y automovilistas que diariamente dependen de estas rutas.
Este panorama plantea un llamado urgente a las autoridades competentes para que se tomen las medidas necesarias para restablecer el alumbrado público en estas avenidas clave. La seguridad de los ciudadanos debe ser una prioridad, y la prevención de accidentes, así como la lucha contra la inseguridad, pasan indiscutiblemente por garantizar espacios públicos bien iluminados.