Hidalgo continúa enfrentando desafíos en su lucha contra el COVID-19 y la temporada de influenza, según el último informe emitido por la Secretaría de Salud Federal. Los datos revelan una situación preocupante, con un aumento en los casos de ambas enfermedades y un impacto significativo en la población del estado.
Según el reporte semanal, se han registrado un total de 127 casos de COVID-19 en Hidalgo, con cinco defunciones atribuidas a complicaciones derivadas de esta enfermedad. En cuanto a la influenza, se acumulan 335 casos y 36 muertes durante la temporada de vigilancia de este padecimiento.
Durante la semana epidemiológica número siete, se reportaron 20 casos de COVID-19 y una muerte en Hidalgo. A nivel nacional, el estado se encuentra en el quinto lugar por defunciones relacionadas con COVID-19, solo por detrás de la Ciudad de México, Jalisco, Puebla y Tabasco, con un total de 70 muertes.
En cuanto a la influenza, los casos conocidos desde la semana epidemiológica número 40 de 2023 hasta la semana siete de 2024 ascienden a 335, con 36 muertes de residentes de Hidalgo. Durante la última semana, se sumaron 17 contagios y un deceso.
Los grupos de edad más afectados por ambas enfermedades son los adultos mayores de 65 años, los infantes menores de un año, así como los sectores de 60 a 64 años y de 50 a 54 años, lo que subraya la importancia de proteger a estos grupos vulnerables.
En cuanto a la ocupación hospitalaria en el estado, se registra un 7.14% en camas de hospitalización general y un 2.85% en camas con ventilador. Estos datos reflejan una presión moderada en el sistema de salud, aunque es fundamental mantener la vigilancia y la capacidad de respuesta ante un posible aumento en la demanda de atención médica.
Ante esta situación, las autoridades de salud en Hidalgo continúan exhortando a la población a seguir las medidas preventivas recomendadas, como el uso de cubrebocas, el lavado frecuente de manos y la práctica del distanciamiento social. Asimismo, se enfatiza la importancia de la vacunación contra la influenza y el COVID-19 como herramientas clave para proteger la salud individual y comunitaria.