La Oficina de Atención al Migrante de Hidalgo ha revelado cifras preocupantes sobre la situación migratoria en la entidad durante los primeros meses del año. Según el titular de esta dependencia, Manuel Aranda, un total de 525 migrantes han sido deportados por encontrarse en situación irregular entre enero y abril de 2024.
Históricamente considerado como un estado de paso para migrantes en ruta hacia los Estados Unidos, Hidalgo ahora enfrenta un nuevo panorama como receptor de migrantes de diversas nacionalidades. Entre ellos se destacan cubanos, venezolanos y haitianos, quienes son visibles en las calles y ocupando algunos empleos locales.
El reporte detalla que durante el primer trimestre del año fueron deportadas 387 personas, mientras que en abril la cifra se redujo a 138. Estas acciones forman parte de la política migratoria vigente, que en 2023 resultó en la deportación de un total de 1046 migrantes. Este número se desglosa en 425 deportaciones en el primer trimestre, 151 en el segundo trimestre, y 52 de octubre a diciembre.
Recientemente, en un operativo conjunto llevado a cabo en Tizayuca por la Secretaría de Seguridad Ciudadana, el Instituto Nacional de Migración y la Guardia Nacional, se verificó el estatus migratorio de personas en unidades de transporte público. Este operativo tuvo como objetivo salvaguardar la integridad de migrantes cubanos, venezolanos y haitianos, identificados como las principales nacionalidades detectadas en la zona.
Además de Tizayuca, otros municipios como Mineral de la Reforma, Atitalaquia, Tula y Progreso también reportan una alta presencia de migrantes, lo que subraya la creciente importancia de Hidalgo como un punto de atención y gestión migratoria en México.
Con estas medidas, las autoridades locales buscan mantener el orden y la seguridad mientras gestionan la compleja situación de migración que afecta tanto a la región como a los propios migrantes en tránsito o establecidos en el estado.
