En un momento en que los documentales han ganado terreno en las plataformas de streaming, Netflix presenta “La oscuridad de La Luz del Mundo”, un filme que, en cuestión de días, ha capturado la atención del público y se ha convertido en tendencia. La plataforma de transmisión parece estar respondiendo a la creciente fascinación por los crímenes reales, un género que ha experimentado un aumento del 73.6% en el interés de la audiencia en Estados Unidos entre 2020 y 2022, según Parrot Analytics.
Este fenómeno no es exclusivo de la audiencia angloparlante, ya que en agosto de este año, Netflix lanzó “La dama del silencio: el caso de La Mataviejitas”, que también se ubicó entre los diez primeros. Además, las recomendaciones del catálogo latinoamericano incluyen títulos que exploran crímenes reales más allá de las fronteras estadounidenses.
“La oscuridad de La Luz del Mundo” se centra en México, específicamente en Guadalajara, la cuna de la organización religiosa del mismo nombre fundada en 1926. Dirigido por Carlos Pérez Osorio, el documental se adentra en el oscuro caso de abuso sexual y otros crímenes perpetrados por los líderes de la Iglesia de la Luz del Mundo a lo largo de las generaciones. Desde Eusebio Joaquín González hasta Naasón Merari Joaquín García, el documental expone cómo los abusos han persistido en cada presidencia de la organización.
Contrariamente a narrar la historia de la iglesia, la producción destaca las experiencias de las víctimas que han denunciado los crímenes de Samuel Joaquín Flores y Naasón Merari Joaquín García, muchas de ellas manteniendo el anonimato bajo el nombre genérico de Jane Doe. A través de sus testimonios, se revela cómo padre e hijo establecieron un sistema de agresión sexual, reclutando a seguidoras desde temprana edad y perpetuando este ciclo mediante la fe y devoción hacia el líder religioso.
Además de detallar el arresto de Naasón en 2019 y su posterior condena a 16 años y 8 meses de prisión, el documental aborda temas más amplios, como el abuso de poder en las organizaciones religiosas y el uso de la fe como instrumento de adoctrinamiento. Sorprendentemente, algunas entrevistas con actuales miembros de la congregación revelan el apoyo a Naasón, considerándolo una figura íntegra.
Aunque el contenido de “La oscuridad de La Luz del Mundo” puede no ser apto para una audiencia nocturna relajada, refleja el creciente interés de las audiencias por las producciones de denuncia. Al final, el documental da voz a las mujeres que luchan por una condena justa a través de demandas civiles, desafiando la traición percibida de sus familias y comunidades religiosas.
