Durante la violenta toma del Senado de la República por parte de manifestantes en contra de la reforma judicial, se suscitó un incidente que ha dejado a muchos boquiabiertos: uno de los líderes de las protestas era Juan Pablo, hijo de la senadora hidalguense Carolina Viggiano.
Esta revelación ha generado una ola de críticas y especulaciones sobre el papel que juega la política familiar en el contexto actual. La imagen de un miembro de una familia política prominente al frente de una manifestación violenta abre nuevamente un debate sobre la desconexión entre los políticos del PRI y las demandas sociales.
