En un acto que marca un antes y un después en la política social de la región, el Gobierno de Hidalgo ha consolidado uno de los programas más ambiciosos de apoyo a personas con discapacidad en el país. Bajo la visión de Julio Menchaca Salazar, actual gobernador del estado, el Programa de Inclusión entregó 888 apoyos funcionales directos a personas con discapacidad, beneficiando de forma directa e indirecta a más de 11 mil hidalguenses, incluidos sus cuidadores y familiares.
Con una inversión superior a los 191 millones de pesos, este programa no solo representa un alivio económico, sino también un paso concreto hacia la equidad y justicia social en comunidades que históricamente han sido marginadas del acceso a servicios de salud, movilidad y asistencia técnica.
De la promesa a la acción: Inclusión con hechos
Lejos de discursos, esta estrategia estatal está transformando realidades. El Programa de Inclusión se enfoca en llevar apoyos funcionales como sillas de ruedas, andaderas, bastones, prótesis y equipos especializados a comunidades rurales y zonas urbanas marginadas donde los servicios médicos y de rehabilitación son prácticamente inexistentes.
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“El acceso a una vida digna no puede depender del lugar donde naciste o del nivel económico de tu familia. En Hidalgo, trabajamos para que la inclusión sea una política de Estado, no una promesa de campaña”, señaló Julio Menchaca durante la entrega simbólica de apoyos.
¿Qué son los apoyos funcionales y por qué son clave?
Los apoyos funcionales son herramientas esenciales que permiten a las personas con discapacidad tener mayor autonomía, movilidad e integración a la vida social, educativa y laboral. Desde sillas de ruedas hasta auxiliares auditivos o bastones inteligentes, estos instrumentos cambian la vida no solo de quien los usa, sino también de sus entornos familiares y comunitarios.
En zonas como la Sierra Hidalguense o el Valle del Mezquital, donde la distancia a los hospitales puede superar las dos horas, contar con un bastón o una silla adaptada reduce el aislamiento, disminuye riesgos de salud y fortalece la participación comunitaria.
Uno de los enfoques más innovadores del programa es su visión de cuidado compartido. Al entregar apoyos funcionales, también se reconoce el trabajo no remunerado de miles de cuidadores (en su mayoría mujeres) que dedican su tiempo y esfuerzo a familiares con discapacidad.
Una inversión con rostro humano
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Total de inversión: más de 191 millones de pesos
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Apoyos entregados: 888 (funcionales y de asistencia técnica)
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Personas beneficiadas directamente: más de 11,000
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Cobertura: comunidades rurales, zonas urbanas marginadas y poblaciones indígenas
Las personas interesadas pueden acercarse a las Unidades Básicas de Rehabilitación (UBR), los Centros de Salud Comunitarios, o directamente al Sistema DIF Hidalgo, donde se canalizan los casos con necesidad prioritaria y se realizan estudios socioeconómicos para garantizar la entrega justa de los apoyos.
