\u200bAunque existe la\xa0;presencia del crimen organizado en varias regiones de Hidalgo, el estado se mantiene entre los 14 estados del país que no han registrado reclutamiento forzado de menores de edad por parte de grupos delictivos. Así lo confirma el informe publicado por la Secretaría de Gobernación, titulado “Mecanismo Estratégico del Reclutamiento y Utilización de NNA (Niños, Niñas y Adolescentes) por Grupos Delictivos y la Delincuencia Organizada”. En este estudio se analiza el fenómeno del reclutamiento de menores, las causas subyacentes y las devastadoras consecuencias para los jóvenes involucrados.
El informe de la Secretaría de Gobernación muestra que el reclutamiento de menores por parte del crimen organizado es una realidad trágica en muchos estados del país, principalmente en aquellos con alta incidencia de violencia y la presencia de poderosos cárteles de la droga. Sin embargo, Hidalgo sigue siendo uno de los estados que, hasta el momento, no ha registrado este tipo de prácticas de forma masiva, lo que representa una situación esperanzadora para el estado en un contexto de creciente violencia.
El análisis del documento destaca que las entidades cercanas a Hidalgo, como Ciudad de México, Estado de México, Guanajuato, Michoacán, Puebla, Nuevo León y Sinaloa, están siendo gravemente afectadas por la presencia de organizaciones criminales que recurren al reclutamiento forzado de menores. Incluso, se menciona que el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) utilizó el Rancho Izaguirre, ubicado en Jalisco, como centro de adiestramiento para jóvenes y personas privadas de su libertad.
El impacto del reclutamiento forzado en menores
El informe destaca que el reclutamiento forzado de niños, niñas y adolescentes se lleva a cabo principalmente en las zonas de alta incidencia delictiva, donde las organizaciones criminales utilizan a los menores para diversas actividades ilegales. Los menores son usados en una amplia variedad de roles dependiendo de su edad:
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De seis a 12 años: Estos menores son principalmente empleados como mensajeros, halcones (para vigilar y reportar movimientos) o se les obliga a captar a otros menores con fines de explotación sexual.
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De 13 a 17 años: Los adolescentes de esta edad son reclutados para trabajos más peligrosos, como robos, extorsiones digitales, cobro de piso, vigilancia de casas de seguridad y producción y venta de droga. Algunos incluso son usados para secuestrar o participar en asesinatos (sicariato).
Métodos utilizados para el reclutamiento de menores
El informe también revela los métodos agresivos utilizados por las organizaciones criminales para reclutar a los menores. Entre los principales métodos de reclutamiento se encuentran:
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Vigilancia previa para identificar vulnerabilidades.
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Amenazas directas o indirectas hacia la víctima o su familia.
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Uso de videojuegos o redes sociales para atraer a los menores a unirse al crimen organizado.
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Promesas falsas de trabajos o ingresos, que resultan ser engaños.
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Secuestro de documentos personales o incluso secuestro físico.
Factores que facilitan el reclutamiento forzado
El informe señala que las condiciones sociales, económicas y psicológicas juegan un papel crucial en el proceso de reclutamiento. Los menores son más susceptibles a ser reclutados cuando:
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Sufren de maltrato infantil o han sido abandonados por sus familias.
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Tienen necesidades básicas insatisfechas, como falta de comida o vivienda adecuada.
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Están inmersos en ambientes familiares violentos o con problemas psicosociales.
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Tienen trastornos de hiperactividad, impulsividad, baja autoestima o sufren de depresión.
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La falta de educación y la explotación sexual o laboral son también factores que aumentan la vulnerabilidad.
El análisis resalta que la pobreza, la falta de oportunidades educativas y los entornos familiares disfuncionales son factores determinantes que hacen que los menores sean más fáciles de manipular y reclutar por parte de grupos delictivos.
Descomposición del tejido social y sus consecuencias
El informe subraya que el reclutamiento forzado de menores tiene consecuencias devastadoras no solo para los individuos involucrados, sino también para la sociedad en su conjunto. Este fenómeno contribuye significativamente a la descomposición del tejido social, ya que los menores reclutados se ven atrapados en un ciclo de violencia y criminalidad que afecta a sus familias y comunidades.
La situación en Hidalgo
Aunque el estado de Hidalgo sigue siendo uno de los pocos que no ha registrado casos masivos de reclutamiento forzado de menores, el informe de la Secretaría de Gobernación subraya que el crimen organizado en el país sigue representando una amenaza creciente. La vigilancia y la atención constante por parte de las autoridades en el estado son esenciales para evitar que esta problemática se propague. La lucha por la seguridad de los menores debe continuar siendo una prioridad, no solo en Hidalgo, sino en todo México, para garantizar un futuro libre de violencia para las nuevas generaciones.
