En un esfuerzo por reforzar la seguridad y profesionalización de sus fuerzas de seguridad, el ayuntamiento de Pachuca se ha comprometido a certificar a la totalidad de su cuerpo policial antes del término de la presente administración. Juan Manuel Ayala Guarro, titular de la Secretaría de Seguridad Pública, Tránsito y Vialidad de Pachuca, anunció que, hasta el momento, solo 289 de los 480 policías en activo han obtenido el Certificado Único Policial (CUP), lo que representa cerca del 60% del total.
El CUP es una acreditación esencial que valida la competencia y confiabilidad de los elementos policiales a través de cuatro componentes fundamentales: evaluación de control de confianza, competencias básicas o profesionales, desempeño académico y formación inicial o equivalente. Este certificado es un pilar en la estrategia de seguridad pública, al asegurar que los uniformados posean las habilidades y la integridad necesarias para desempeñar sus funciones.
Ayala Guarro destacó que los policías pendientes de certificación ya han superado las evaluaciones de control y confianza y actualmente se encuentran en proceso de completar los exámenes antidopaje, una de las últimas etapas para obtener el CUP. Con un plazo de siete meses antes del cambio de administración, el objetivo es que los 191 elementos restantes logren certificarse, lo que reforzaría la capacidad operativa y la imagen de la corporación ante la ciudadanía.
Este esfuerzo por certificar al personal policial surge en un contexto donde Pachuca enfrenta un déficit significativo de efectivos de seguridad. Con una población de más de 300 mil habitantes, la capital hidalguense operaría de manera óptima con un cuerpo de mil policías, según estándares de corporaciones nacionales, es decir, 500 por turno. Sin embargo, la realidad es que actualmente cuenta con solo 480 policías, divididos en dos turnos, lo que subraya la urgencia de no solo aumentar el número de efectivos sino también de garantizar su adecuada preparación y certificación.
Este panorama plantea un doble desafío para el gobierno municipal: por un lado, incrementar el número de efectivos para cubrir el déficit existente y, por otro, asegurar que todos los policías cumplan con los estándares de calidad y profesionalismo que dicta el CUP.