Una explosión ocurrida este domingo en la fábrica de la empresa Trapla, dedicada a la fabricación de capas y hojas de embalaje de plásticos y productos de unicel, ha dejado un número indeterminado de obreros lesionados por quemaduras. La planta, ubicada en la zona industrial de este municipio hidalguense, se convirtió en el epicentro de un grave incidente que hasta el momento sigue envuelto en hermetismo.
El siniestro se desencadenó con una explosión que, según reportes preliminares y videos grabados por los propios empleados, provocó que el fuego y el humo se propagaran rápidamente por toda la fábrica. Los trabajadores intentaron sofocar las llamas, pero la situación se volvió incontrolable. A pesar de que los responsables de la planta han prohibido a los obreros difundir fotos o brindar información sobre lo ocurrido, algunas imágenes han circulado en redes sociales. En ellas, se observa al menos a dos trabajadoras con quemaduras, siendo trasladadas en vehículos de la empresa a centros hospitalarios cercanos.
Hasta las 21:00 horas, se desconocen las causas exactas que provocaron la explosión. La planta ha mantenido un silencio total, lo que ha generado inquietud y preocupación entre los familiares de los trabajadores, quienes se han congregado en las inmediaciones de la zona industrial en busca de información.
Restricciones y versiones no confirmadas
Una versión que ha circulado en redes sociales, pero que aún no ha sido confirmada por la presidencia municipal de Tizayuca, sugiere que los elementos de seguridad de la planta impidieron el ingreso de bomberos y rescatistas de Protección Civil. Esta supuesta restricción ha generado indignación, ya que podría haber complicado los esfuerzos para controlar el fuego y atender a los lesionados de manera oportuna.
Por otro lado, los familiares de los trabajadores han expresado su molestia por la falta de información por parte de la empresa. Señalan que, hasta el momento, no se ha dado a conocer ningún dato oficial sobre el estado de salud de sus parientes, lo que ha aumentado la incertidumbre y el temor por lo que pudo haber sucedido dentro de la fábrica.
A medida que pasan las horas, la expectativa de una declaración oficial por parte de las autoridades municipales o estatales crece. La comunidad exige transparencia y una pronta respuesta que esclarezca lo sucedido, así como la garantía de atención médica para los trabajadores afectados.
