En un escenario cada vez más alarmante, la Asociación Hidalguense para la Protección de los Animales A.C., encabezada por Paola Monterrubio Islas, reveló que en lo que va de 2025 han sido localizados seis felinos (entre ellos grandes especies) y dos canguros viviendo ilegalmente en domicilios particulares en los municipios de Tizayuca, Tulancingo y Tula, Hidalgo.
Los hallazgos no solo han despertado preocupación por el maltrato animal y la tenencia ilegal de fauna silvestre, sino que, según la activista, podrían estar ligados al crimen organizado y a redes internacionales de tráfico de especies exóticas, que operan bajo la misma lógica que el tráfico de drogas y personas.
Tráfico ilegal de animales: Una cara oculta del crimen organizado
De acuerdo con Monterrubio Islas, la presencia de estos animales en hogares comunes no es fortuita. Se trata de una práctica cada vez más visible que, aunque aparentemente aislada, forma parte de un mercado negro internacional que mueve millones de dólares al año.
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“El tráfico de especies está íntimamente ligado al crimen organizado. Se aprovechan de las mismas rutas, redes y logística que utilizan para mover drogas o personas”, afirmó la activista, haciendo eco de informes como los del Observatorio de Violencia contra los Animales en España.
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Canguros en casas y felinos como mascotas: Señales de alerta
El caso más impactante de 2025 en Hidalgo fue el decomiso de dos canguros en Tula, encontrados en condiciones de cautiverio en una residencia particular. Adicionalmente, seis felinos —posiblemente especies de gran tamaño como pumas o jaguares— han sido detectados en distintas viviendas de la región.
Estas situaciones evidencian una normalización peligrosa del comercio ilegal de animales exóticos, alimentada por la demanda de mascotas “exclusivas”, muchas veces sin que los compradores sean conscientes del origen ilícito o las consecuencias del cautiverio.
Maltrato animal, violencia social y crimen: Un triángulo de riesgo
Aunque México carece de estadísticas oficiales que vinculen directamente el maltrato animal con otras formas de violencia, diversos estudios internacionales han sugerido una correlación entre el abuso hacia animales y la comisión de delitos más graves.
Paola Monterrubio subrayó que la tenencia de fauna silvestre sin permisos no solo pone en riesgo la integridad de los animales, sino también de las personas que los rodean, incluidos vecinos y niños. Además, es un indicio de que la violencia estructural y el crimen organizado están penetrando nuevos ámbitos de la vida social.
Un llamado a la conciencia: No compres animales exóticos
La activista concluyó con un llamado urgente a la ciudadanía: no comprar ni adoptar animales exóticos como mascotas. Detrás de cada ejemplar que llega a un hogar, explicó, existe una cadena de sufrimiento, explotación y delito, que comienza con la extracción forzada de su hábitat natural.
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“Alguien puede creer que tener un tigre, un mono o un canguro es símbolo de estatus, pero en realidad es parte de una cadena de crimen. No es normal, no es ético y no es legal”, sentenció Monterrubio.
Recomendaciones para la población:
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Denunciar la tenencia ilegal de fauna silvestre al PROFEPA o autoridades locales.
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Evitar compartir en redes sociales contenido que promueva animales exóticos como mascotas.
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Informarse sobre la fauna en peligro y cómo protegerla.
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Rechazar cualquier oferta de compra o regalo de especies exóticas o silvestres.
