Un devastador accidente aéreo ocurrió la noche del miércoles 29 de enero cuando un avión comercial de la filial de American Airlines, PSA Airlines, colisionó con un helicóptero del Ejército de Estados Unidos sobre el río Potomac, cerca del Aeropuerto Nacional Ronald Reagan. Las autoridades informaron sobre múltiples víctimas mortales mientras cerca de 300 rescatistas trabajaban en la zona para auxiliar a los afectados.
El incidente involucró a un Bombardier CRJ700 de PSA Airlines, que transportaba 60 pasajeros y 4 tripulantes, y un helicóptero Black Hawk Sikorsky H-60 del Ejército, en el que viajaban tres personas. Según los primeros reportes, la aeronave militar realizaba un vuelo de entrenamiento cuando se produjo la colisión.
El avión comercial cubría la ruta Kansas-Washington y se encontraba en maniobras de aterrizaje cuando chocó con el helicóptero, lo que ocasionó su caída en el río. El impacto forzó el cierre del aeropuerto regional y generó una rápida movilización de equipos de rescate, quienes lucharon contrarreloj en medio de condiciones adversas.
Las autoridades estadounidenses se mostraron poco optimistas sobre la posibilidad de encontrar sobrevivientes y anunciaron que a lo largo del jueves 30 de enero se proporcionarán más detalles sobre el siniestro. Por su parte, el presidente Donald Trump expresó sus condolencias a las familias de las víctimas y agradeció a los rescatistas por su incansable labor.
Las causas del accidente aún son investigadas, mientras se espera un pronunciamiento oficial por parte de la Administración Federal de Aviación (FAA) y la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB). El tráfico aéreo en la zona sigue restringido mientras continúan las labores de recuperación y análisis del incidente.
Este trágico evento reaviva preocupaciones sobre la seguridad aérea en espacios compartidos por vuelos comerciales y operaciones militares, por lo que podrían implementarse medidas adicionales para prevenir futuros accidentes.
