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El crecimiento imparable de marcas de automóviles chinas en México y en todo el mundo, impulsado por sus atractivos precios, ha captado la atención de la Unión Europea.
En octubre pasado, la UE formalmente inició una investigación de 13 meses contra China, acusándola de proporcionar ayudas ilegales y subsidios estatales excesivos a la producción de vehículos. Este análisis abarcará tanto a los vehículos de combustión interna como a los híbridos y eléctricos.
La UE considera que estas prácticas representan una competencia desleal que distorsiona su mercado automotriz. La investigación seguirá procedimientos legales rigurosos, alineados con las normativas de la Unión Europea y de la Organización Mundial del Comercio. Todas las partes interesadas, incluyendo el gobierno chino y las empresas exportadoras, tendrán la oportunidad de presentar comentarios, pruebas y argumentos.
En caso de que las investigaciones confirmen las acusaciones, la Comisión Europea podría imponer aranceles compensatorios a las importaciones de vehículos eléctricos provenientes de China.
Esto buscaría equilibrar las condiciones de competencia al compensar los subsidios estatales. La Comisión señala que los precios de los vehículos eléctricos chinos son un 20% más bajos que los fabricados en Europa, representando el 8% de las ventas del mercado en 2023 y proyectando alcanzar el 15% en 2025.
La respuesta de China no se hizo esperar, calificando la investigación de “proteccionismo flagrante” y amenazando con represalias. Este enfrentamiento evidencia las tensiones en el mercado global de vehículos eléctricos y destaca la importancia de la competencia justa en un sector en constante evolución.