Los bosques de la Sierra Hidalguense están a punto de hacer historia ambiental. Ejidos de Atopixco, Zacualtipán y Malila concluyen la verificación de más de 37 mil bonos de carbono acumulados desde 2022, superando su propio récord anterior.
El proyecto, desarrollado con Bioforestal y apoyado por la Compañía Minera Autlán y la Conafor, abarca 1,200 hectáreas donde se mide meticulosamente la captura de CO₂. Noé Ronquillo Gorgúa, experto forestal, explica que cada árbol maderable funciona como un “sumidero natural” que absorbe este gas causante del cambio climático.
La Asociación de Productores Forestales ha sido clave en vincular a los ejidatarios con el Mercado Voluntario de Carbono. Este innovador modelo permite a las comunidades recibir ingresos por conservar sus bosques, transformando la protección ambiental en un servicio rentable.
Con este logro, Hidalgo se posiciona como líder nacional en esquemas de compensación ambiental. Los próximos meses serán cruciales para formalizar la comercialización de estos bonos, que ya atraen el interés de empresas comprometidas con la neutralidad climática.
¿Cómo funcionan los bonos de carbono forestales?
- Medición\n científica: Técnicos especializados calculan el CO₂ absorbido por los\n árboles
- Certificación:\n Cada bono equivale a 1 tonelada de carbono capturada
Beneficios compartidos:
·\xa0;\xa0;\xa0;\xa0;\xa0;\xa0;\xa0;\xa0;\n Empresas compensan su huella ecológica
·\xa0;\xa0;\xa0;\xa0;\xa0;\xa0;\xa0;\xa0;\n \xa0;Ejidos\n reciben ingresos por conservación
·\xa0;\xa0;\xa0;\xa0;\xa0;\xa0;\xa0;\xa0;\n El planeta gana con menos gases invernadero
Impacto real:
\n \xa0;1,200 hectáreas\n protegidas, 37 mil toneladas de CO₂ capturadas\n y modelo replicable en otros estados. Este éxito demuestra que la sustentabilidad y el desarrollo\n económico pueden ir de la mano, con los bosques hidalguenses como protagonistas\n de una revolución verde que apenas comienza.
